Los Cronistas somos los hacedores de la historia del Municipio al cual pertenecemos, de allí nuestra cotidiana investigación sobre fundación, antepasados, pobladores, costumbres, riquezas, producción,actividades socio-económicas, etc. Es por ello que debemos recurrir a los materiales escritos por historiadores quienes de una u otra forma se han dedicado a recoger mediante la revisión de archivos, la informacion mas acertada sobre el origen de los pueblos. Esto es parte de mi labor y como tal debo dar a conocer aspectos importantes de la partida de nacimiento de San Jerónimo de Guayabal, tomando en cuenta su evolución a través del tiempo y el espacio, permitiéndome hacer del conocimiento de propios y extraños y sobre todo a la población escolar, potencial semillero, para el desarrollo y progreso de nuestro municipio, las informaciones recopiladas de la lectura de algunos libros referodos a Guayabal, así como también valiosos apuntes de personas que se han preocupado por estudiar nuestras raices, fecha de fundación, antecedentes históricos, con la finalidad de que mas allá de nuestras fronteras sepan que somos uno de los 335 municipios de la Patria Venezuela.

José Solorzano. cronista del Municipio San Jerónimo de Guayabal

Plaza Bolívar de Guayabal

Plaza Bolívar de Guayabal

miércoles, 31 de agosto de 2011

Palabras para un Libro de Felipe Hernández González

Palabras para un libro de Felipe Hernández González
Ponente: Alberto Pérez Larrarte
(Cronista de Barinas)

Barinas, 23 de diciembre de 2008
"Estimado Felipe, con alegría y compromiso recibo tu
extraordinario libro, el que sin duda será un gran
aporte para el conocimiento del llano y el llanero.
Para mi es un gran honor y altísimo compromiso cumplir
la solicitud de escribir el prólogo de tu libro, como
ciertamente me lo pediste en Clarines.
Con el afecto de la amistad y el amor a la tierra llana
que nos vio nacer, trataré de esbozar unas palabras que
estén a la altura de tu excelente ensayo, al que le has
dedicado tiempo, constancia, conocimiento y el
sentimiento profundo que sientes por nuestra llanura y
por todo ese mundo mágico que la conforma. Está demás
decirte que no solo lo leeré, sino que internalizaré con
sapiencia y afecto cada palabra que componen esta
maravillosa obra que con vocación y dedicación de
cronista y autentico llanero nos entregas para el
enriquecimiento de la bibliografía llanera. Recibe mis
más afectuosos saludos y que el año 2009 sea de dicha y
felicidad en unión de los tuyos.
Tu amigo,
Alberto Pérez Larrarte"

Con honor y compromiso asumo el reto de prologar este interesante libro que estoy seguro va ser de consulta obligada para todos aquellos que deseen conocer más del llano y del llanero. Tal vez no soy el más indicado para cumplir tamaña responsabilidad; pero la vehemencia de su autor y el afecto a la amistad que nos une, me exigen la hermosa tarea de presentar su obra titulada El llanero venezolano como expresión telúrica y sociohistórica, escrita por mi buen amigo el doctor Felipe Hernández González, un guariqueño de renombre nacional.-

La dedicación, acuciosidad y honestidad en el tratamiento del dato histórico hacen de este investigador, ensayista y cronista un gran ejemplo para las nuevas generaciones. El doctor Felipe Hernández González es un historiador formado en la academia y cuenta con la esencia de sus vivencias del llano y su cultura; ubicándolo en un sitial de honor en la intelectualidad venezolana. El conocimiento, la humildad e integridad en el ejercicio de la escritura, hacen que se haya ganado la admiración y respeto de los que tenemos la honra de conocerle y compartir su afecto.-

En estas páginas el lector tendrá la oportunidad de interpretar el verbo que la exquisita pluma del autor entrega con la inteligencia serena que le caracteriza; por cierto, muy versado en estos menesteres del análisis y la crítica; pero, reitero, sin dejar de lado algo muy importante y necesario en todo escritor, humildad y sencillez en el preciado oficios de la escritura y la investigación. Estos atributos de Hernández González lo perfilan como uno de los historiadores llaneros de mayor prestigio nacional.-

No queda la menor duda que esta investigación, además de ser un trabajo de grado para obtener el doctorado en historia, está motivado por el irrenunciable apego a la tierra llana, costumbres y tradiciones de este espacio geográfico, para muchos desconocidos y que hacen del llanero un elemento esencial de la llaneridad.-

El autor, nacido y criado en el llano guariqueño, es un escudriñador de legajos viejos en archivos y bibliotecas; posee las herramientas técnicas y académicas del investigador que no desperdicia dato alguno para llegar al tuétano del asunto. En esta obra lo demuestra con maestría, pasión y entrega.-

El autor presenta el tema en estudio refiriendo una aproximación sobre el llanero venezolano como expresión telúrica y sociohistórica, abordando su investigación a partir de la premisa “la historia como disciplina científica permite estudiar el conjunto de manifestaciones propias del hombre como ser social, en un tiempo histórico y en un espacio determinado”.-

Siempre he sostenido que la historia, como toda ciencia social, es dinámica, compleja y objetiva; pero sujeta a quien la escribe o a merced de su intérprete. Es escrita y divulgada mayormente por sus propios actores, permitiendo comprender los hechos a nuestro libre modo de saber y entender las cosas, pero respetando a los que difieren de nuestro criterio y compartiendo la opinión de otros.-

Abordando el tema de la historia y la cultura del llano y el llanero, encontramos el histórico e interesante libro El Llanero, de Daniel Mendoza (aunque algunos aseguran que este es otro seudónimo de Rafael Bolívar Coronado) donde expone que el primer hato llanero lo fundó el colonizador español Cristóbal Rodríguez, a unas veinticinco leguas del sitio en que está hoy Calabozo y sostiene que el abolengo andaluz es en parte, el elemento étnico llamado hoy con toda propiedad llanero. Los andaluces introdujeron en tierras llaneras las costumbres, los sistemas de organizar vacadas, someterlas y domarlas. Así se dio el proceso de fundación de las primeras poblaciones organizadas del llano.-

El historiador J.E. Ruiz-Guevara señala que “las llanuras de Barinas, aunque bastante tiempo después, fueron pobladas por multitud de conglomerados humanos, que por cuestión social habrían de establecer contactos con las masas humanas de la montafía y de los llanos vecinos. Para la fecha de la invasión hispana ocupaban estas tierras barinesas algunas naciones aborígenes, tales como las Amaibas, Aitures, Baraures, Barrancas, Cucaros, Curaguas, Cherechiremas, Dásaros, Duriguas, Güeros, Tobores, Tucuriguas, Torunos, Puyures, Guaruríes, Suripaes y otras que, en una forma u otra dieron quehacer al extranjero usurpador”.-

Con sobrada razón don Rómulo Gallegos sentenció: “fue la rebelión de la llanura, la obra del indómito viento, de la tierra ilímite contra la innovación civilizadorasabanales que le adornan y a tratar de entender esa vida casi inhóspita, con una cultura muy poco conocida; lo que finalmente arroja sus razones para aproximarse “a la comprensión de los fenómenos que dialécticamente interactúan en la dinámica social”. Creo que eso último es lo que mueve al autor a entregarnos este interesante ensayo que viene a engrosar la bibliografía llanera.-

El doctor Felipe Hernández González es más contundente y diáfano cuando nos advierte y “deja constancia que este trabajo no es un estudio sociológico, literario o cultural sobre el llanero, sino que tiene un carácter histórico”.-

Es pertinente aproximarnos a conceptualizar ese espacio geográfico que habita el llanero. El llano, que no es más que un sentimiento, don Eladio Tarife, la pluma de oro del llano, lo siente como una “región compuesta por sabanales, esteros, caños, ríos y lagunas. Algunas cejas de montes que la cruzan aquí y allá forman una cinta azul en el horizonte que cuando es observada desde lejos da la impresión de que es donde se abraza el cielo con la tierra”.-

Como expresión telúrica y sociohistórica del llanero, don Eladio sentencia: “los niños de la ciudad nunca podrán tener esas vivencias porque se las borró la televisión, que como también ha facilitado los adelantos técnicos ha contribuido a borrar nuestra memoria ancestral; de igual manera ha sido factor principal en el deterioro de nuestros valores culturales y humanos que en su pasado fue bastión y defensa de una sociedad que no tuvo la oportunidad de ir a una escuela; pero su fortuna mayor era su dignidad y respeto por los valores morales”.-

El llanero posee un apego casi espiritual, telúrico y humano que lo ata a esas inmensidades, que le colman de valor para enfrentar tanto peligro y realizar acciones increíbles para los citadinos, conquistadores y colonos que quisieron imponerse ante esta raza de hombres. Los mismos hombres sin cuya participación en la gesta independizadora hubiese sido imposible la libertad de América.-

El general Pablo Morillo lo reconoció al manifestar: “Catorce cargas consecutivas sobre mis cansados batallones, me hicieron ver que aquellos hombres no eran una gavilla de cobardes… sino tropas organizadas que podían competir con las mejores de su majestad el rey”. También le escribió al rey: “Dadme cien mil llaneros y me paseo por Europa en nombre del rey de España”.-

El General entendió que para vencer en la guerra era necesario ganarse a los llaneros a favor de la causa realista. Él sostenía que estos desarrapados se habían convertido “en una pesadilla ya que le atacaban por los flancos y desaparecían y cuando eran perseguidos se volvían y los soldados españoles se clavaban solitos en sus largas lanzas”. Se valían de cualquier acción que con arrojo y valentía figuraban hazañas increíbles.-

Cuando se inicia la guerra de independencia las llanuras estaban colmadas de ganado vacuno y caballar, solamente los hatos barineses tenían una producción anual de cuatro mil novillos. Don Manuel Antonio Pulido, dueño del antiguo hato La Calzada, prometió donar mil caballos para incorporarlos a la lucha por la independencia, pero antes de entregarlos quería saber de qué color los querían. Estas aseveraciones pueden ser leyendas llenas de magia o impregnadas de esa fantasía que desanda por la inmensa sabana; pero sin duda alguna fueron los llanos y los llaneros los que brindaron todo el apoyo logístico a la guerra; ellos aseguraron el dinero, comida, ganado, los mejores hombres y todos los recursos necesarios para emprender tal empresa.-

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